jueves, 23 de agosto de 2007

El Pigmento alegre

La habitación chorrea
como un pote
de pintura mal cerrado
haciendo círculos,
manchas, rayones
por toda la casa.
Empieza por los guantes
que se cortan los dedos
y se tiñen azul eléctrico.
Todo
se transforma en el tiempo
en que se llena un vaso con agua.
Hasta las gotas de estornudo
son pelotitas
de caramelo líquido.
La remera se vuelve
un baño de chocolate.
La piel con pecas
sambayon granizado.
Cada parte del cuerpo
se hace papila gustativa...
todo es rico
tus ojos de uva
los labios
tu espalda almendrada
las uñas
el pelo copo de nieve
la nariz cereza en almíbar.

El sonido de la campana
y nos sueltan
como a perros atados
que no comen hace años
mordemos primero el cuello
y después desaparecemos de a poco
como lo hacen los barcos
de la batalla naval.




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