jueves, 23 de agosto de 2007

Son las diez



Son las diez y no llamaste.
Recorro uno a uno los muebles
sacando con la yema
cada partícula de polvo
que se parece a sonido, pero
¡no suena!
Me quedo despierta
hasta derretirme en la silla
al lado del teléfono
o me voy a Córdoba. Ya
la valija se esconde
abajo de la cama
entre la ropa. No me deja ir.
Hace casi 12 horas
que no te escucho.
Escribo, camino, corro, salto
voy, vengo, como, vomito, escupo, trago.
Basta
¿no ves? Me conmuevo
con una canción de Shakira.
Hasta que alguien tiene algo
de cómo miras...
pero se acaba y estas lejos
y ellos son feos
y están todos pegados como fideos.
Si estás leyendo esto, llamame
ya no quiero vestirme de alambre
para captar todas las señales de teléfono.

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