Me quedo una semana en el
cuarto de estar hablando.
Sus manos como helado
tienen gusto a menta granizada
verde y negro, colores que
se repiten en círculo mil veces
como revolviendo chocolate.
Yo, cepita de naranja
me desparramo por el suelo
como la ropa de una persona que
se desaparece por
arte de magia.
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